Con el nivel de desempleo expansión y los recortes salariales a la orden día, no siempre resulta fácil guardar dinero para gastos imprevistos.
Si el día de mañana te surge algún gasto que no puedes afrontar, ¿conoces las diferentes clases de crédito a las que podrías acceder?
En caso de necesitar dinero en efectivo y rapido, ¿a qué tipo de crédito recurrirías? ¿Conoces los préstamos rapidos, los préstamos bancarios y las diferencias entre unos y otros?
En este artículo te presentamos los distintos tipos de préstamos personales que podrían ayudarte a solucionar tu problema financiero, para que conozcas todas las opciones y puedas elegir la que más te conviene.
- Préstamos bancarios.
Son los que ofrecen los bancos, las cajas y otras entidades financieras. A través de este tipo de préstamos es posible conseguir cantidades bastante grandes, de algunos miles de euros, para devolver en plazos variables, entre 1 y 6 años.
Para solicitar este tipo de préstamos, generalmente hay que presentar comprobantes de ingresos, garantías o avales, comprobante de domicilio, entre otros documentos.
El trámite demora algunos días, mientras el banco estudia la solicitud, pero no está obligado a otorgar el crédito. Actualmente, los bancos y las cajas han restringido mucho los créditos porque hay poca liquidez y porque el riesgo de impago se ha incrementado mucho, por la crisis económica.
Si necesitas mucho dinero, ésta puede ser una buena opción, aunque el trámite es largo y no será fácil conseguirlo.
- Tarjetas de crédito.
Prácticamente todas las tarjetas de crédito ofrecen préstamos personales, que puedes utilizar para lo que necesites. Se pueden obtener montos pequeños o medianos y se pueden pagar poco a poco, en cuotas mensuales. El interés que se aplica en este tipo de créditos es similar al de los préstamos bancarios.
- Préstamos particulares.
Este tipo de préstamos son otorgados por empresas privadas, que no son bancos ni entidades financieras. La gran mayoría de estas empresas trabajan a través de internet, ofreciendo prestamos rapidos al instante. Se trata de préstamos pequeños, de hasta 400 o 500 euros por ejemplo, para devolver en plazos cortos, de 7, 14 o 30 días.
Una de las principales ventajas de un prestamo rapido es que no hay que presentar garantías para solicitarlos. Sólo hay que completar un formulario en la página web de la empresa, con los datos personales del solicitante, datos de la cuenta bancaria, monto a solicitar y plazo para la devolución. El trámite es muy sencillo, casi todas las solicitudes son aceptadas y el dinero se acredita en la cuenta bancaria del solicitante en pocas horas.
De modo que si necesitas dinero rapido, sin tener que presentar garantías ni realizar largos trámites, los prestamos rapidos pueden ser una muy buena opción.